Tata Dios descansó en día domingo, porque estaba cansado de haber hecho esta cosa tan complicada que se llama mundo. Dos son insoportables, en cualquier ciudad del mundo. Después de este papanatas, hay otro hombre del sábado, el hombre triste, el hombre que cada vez que lo veo me apena profundamente. Odio instintivo y que se justifica, porque a su vez las muchachas sienten curiosidad por esos «squenunes» que les dirigen miradas tranquilas, llenas de una sabiduría inquietante. Lo único que pide es que no lo molesten, y lo único que desea son los cuarenta centavos diarios, veinte para los cigarrillos y otros veinte para tomar el café en el bar donde una orquesta típica le hace soñar horas y horas atornillado a la mesa. Hay una rueda de amigos en un café. El «squenun» con tendencias filosóficas es el que organizará la Biblioteca «Florencio Sánchez» o «Almafuerte»; el «squenun» es quien en la mesa del café, entre los otros que trabajan, dictará cátedras de comunismo y «de que el que no trabaja no come»; él que no ha hecho absolutamente nada en todo el día, como no sea tomar baños de sol, asombrará a los otros con sus conocimientos del libre albedrío y del determinismo; en fin, el «squenun» es el maestro de sociología del café del barrio, donde recitará versos anarquistas y las Evangélicas del latero de Almafuerte.
Lenqui (Punta de).–Situada en la costa norte del estrecho de Chacao á poco más de cuatro kilómetros al E. de la villa de Carelmapu y como otro de distancia al O. del Astillero de este nombre. Longotoma.–Fundo del departamento de Petorca situado en un fértil valle de la ribera norte del río de la misma denominación de Petorca inmediato á su desembocadura en el Pacífico; dejando próximo al NO. El nombre de Licancáur ó de Licancáguar, como dice el acta de 1870 de los comisionados de Clile y Bolivia para señalar términos limitáneos entre ambas repúblicas, significa, según tradición, en el antiguo dialecto cunza ó atacameño monte arriscado del pueblo. Por tanto, esta equipación se utilizará en Champions, principalmente, Liga y Copa, cuando sea necesaria una camiseta clara ya que tanto la primera equipación azulgrana como la segunda negra son oscuras. Gualletué, en una planicie de la margen derecha del río Bío-Bío á 1,160 metros sobre el nivel del Pacífico. Soy, como verán ustedes, camiseta barça un enemigo declarado e irreconciliable del sábado inglés. El sábado inglés es un día sin color y sin sabor; un día que «no corta ni pincha» en la rutina de las gentes.
Creo que el domingo es aburrido de puro viejo y que el sábado inglés es un día triste, con la tristeza que caracteriza a la raza que le ha puesto su nombre. Un día de «flaca» era suficiente. Y el buen muchacho era el que le ponía alfileres en el asiento al maes¬tro, pero sin que nadie lo viera; el buen muchacho era el que convencía al maestro de que él era un ejemplo vivo de aplicación, y en los castigos colectivos, en las aventuras en las cuales toda la clase cargaba con el muer¬to, él se libraba en obsequio a su conducta ejemplar; y este pillete en se¬milla, este malandrín en flor, por «a», por «b» o por «c», más profun¬damente inmoral que todos los brutos de la clase juntos, era el único que convencía al bedel o al director de su inocencia y de su bondad. El domingo era una institución sin la cual vivía muy cómodamente la humanidad.
Caminaba yo un sábado por una acera en la sombra, por la calle Alsina -la calle más lúgubre de Buenos Aires- cuando por la vereda opuesta, por la vereda del sol, vi a un empleado, de espaldas encorvadas, que caminaba despacio, llevando de la mano una criatura de tres años. Y la importancia social del «squenun» es extraordinaria en nuestras parroquias. El «squenun» es un fenómeno social. Con estos datos tan sabiamente acumulados, creemos poner en evidencia que el «squenun» no es un producto de la familia modesta porteña, ni tampoco de la española, sino de la auténticamente italiana, mejor dicho, genovesa o lombarda. Entre todos los de la familia que son activos y que se buscan la vida de mil maneras, él es el único indiferente a la riqueza, al ahorro, al porvenir. Triste. Aburrido. Yo vi en él el producto de veinte años de garita con catorce horas de trabaja y un sueldo de hambre, veinte años de privaciones, de. Y que trabajen los otros, como si él trajera a cuestas un cansancio enorme ya antes de nacer, como si todo el deseo que el padre y la madre tuvieron de un domingo perenne, estuviera arraigado en sus huesos derechos de «squena dritta», es decir, de hombre que jamás será agobiado por el peso de ningún fardo.
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