Audazmente fijó en mí los ojos sobornadores, pasóse por el rostro un pañuelo de seda, acarició el nudo de la corbata y se despidió, camisetas futbol encareciéndonos una y otra vez que saludáramos a los caballeros ausentes y les transmitiéramos su protesta contra el abuso de los salteadores. A lo largo de la historia son muchas las equipaciones que son recordadas pero por su extravagancia, camisetas de futbol baratas su diseño poco favorecedor o una mezcla de colores con la que el aficionado no se siente identificado.
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