El resto de acuerdos han de hacerlos para el contenido de sus canales de Twitch, una circunstancia que marca grandes diferencias: mientras The Grefg tiene que rechazar ofertas a diario, otros equipos no han conseguido un patrocinador para sus streams en todo el primer split. Esta desigualdad hace que los equipos más humildes no estén de acuerdo en presionar a la liga para el incremento de salarios. Suponen solo una parte de los ingresos, porque, en la Kings League, todo está a la venta: el árbitro es de Grefusa, el VAR de Xiaomi y las cartas sorpresa de Spotify.
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