A finales de 2021, el FC Barcelona vivió uno de los momentos más significativos de su historia reciente con la llegada de Xavi Hernández como nuevo entrenador del primer equipo. Considerado una leyenda del club por su brillante trayectoria como jugador, Xavi asumió el reto de liderar un proyecto deportivo en plena crisis, con un equipo descompensado y moralmente afectado. El regreso de una figura tan icónica como Xavi fue recibido con entusiasmo, y muchos aficionados revivieron los tiempos dorados luciendo su camiseta barcelona retro, recordando el legado del mediocampista en la era dorada del tiki-taka.
El equipo venía de una serie de decepciones, tanto a nivel nacional como europeo. Tras la marcha de Lionel Messi en verano y la destitución de Ronald Koeman, el Barça necesitaba urgentemente una identidad clara y una estructura táctica sólida. Xavi, que llegaba tras una experiencia exitosa en el Al Sadd de Catar, prometió devolver al club su estilo característico: posesión, presión alta y fútbol de toque.
Desde su llegada, Xavi impuso disciplina y renovó el espíritu competitivo de la plantilla. Apostó fuertemente por los jóvenes talentos de La Masia, como Gavi, Nico, y más tarde Lamine Yamal, integrándolos progresivamente al primer equipo. También se notó una mejora en la preparación física y en la organización táctica del equipo, que recuperó poco a poco la confianza y el control del juego.
Aunque la temporada 2021-22 no concluyó con títulos, el equipo mostró señales claras de crecimiento. Xavi supo conectar con los jugadores y con la afición, estableciendo las bases para una reconstrucción sólida. Su filosofía, basada en el modelo de juego del Barça clásico, logró revitalizar la dinámica del grupo y permitió competir mejor ante rivales de mayor presupuesto.
En el mercado de fichajes, la directiva encabezada por Joan Laporta comenzó a respaldar el proyecto con incorporaciones clave como Ferran Torres, Aubameyang y Dani Alves. Estos refuerzos, aunque no fueron de gran coste, ofrecieron experiencia y ayudaron a consolidar el proyecto a corto plazo.
Xavi, como líder natural, también jugó un papel importante fuera del campo. Su conexión emocional con el club, su discurso coherente y su capacidad de gestionar situaciones de presión le han convertido en un referente para la nueva generación culé. Su trabajo no solo se centró en lo deportivo, sino también en fortalecer el vestuario y recuperar el sentido de pertenencia dentro del club.
Con Xavi al mando, el Barça ha iniciado una nueva etapa de transición hacia la competitividad. El resurgimiento todavía está en curso, pero la identidad y la esperanza han vuelto. El equipo sigue evolucionando y los aficionados, confiados en el proceso, acompañan este renacimiento con pasión y fidelidad, portando las camisetas replica futbol que reflejan su compromiso con el club y su historia.